Hace 15 años, yo tenía 20 y estudiaba en la universidad. Dibujaba comics desde que era pequeño, pero nunca me lo había tomado suficientemente en serio. Mis proyectos nunca eran demasiado ambiciosos, ni en tamaño ni en propósito. O lo eran demasiado, y entonces ni siquiera los terminaba. Además, nunca fui un buen guionista, ni para crear historias ni para escribir diálogos.
Pero aquel verano era distinto. Hacía tres años había conseguido empezar a dibujar lo que a mí me parecía una buena historia, escrita por mi amigo Jaume Albertí.
Jaume es, fundamentalmente, el responsable de que yo dibujara comics en primer lugar. Al contrario que yo, tenía una mente retorcida y enfermiza para el drama, la intriga y los personajes. Y había explotado y refinado este talento haciendo comics amateur y dirigiendo juegos de rol. Así que para mí era un golpe de suerte conseguir que me escribiera un guión completo, con personajes de su cosecha, en la mejor tradición aventurera de la literatura fantástica. De esta manera solo tenía que esforzarme en contar aquella historia de la forma más eficaz.
Cuando empezó aquel verano, apenas llevaba una veintena de páginas acabadas. Pero tenía dos meses libres por delante, y completa libertad para terminar de dibujar aquel comic que llevaba muchos meses resistiéndose. Solo por esta combinación de circunstancias fue posible que dibujar La Canción de la Lluvia fuera durante muchos años mi mejor experiencia como dibujante.
Fue el proyecto más largo y completo que había realizado hasta la fecha. Por primera vez, lo dibujé yo mismo completamente a lápiz y tinta. Experimenté con la caracterización de los personajes, con los elementos de ambientación de fantasía. Arriesgué con la narrativa gráfica, prescindiendo de los textos de apoyo, las líneas cinéticas y las onomatopeyas. Jugué con los encuadres, composiciones de página abigarradas, variaciones en los puntos de vista, alternando escenas de acción, largos diálogos, momentos intimistas y secuencias épicas. Respaldado por la solidez del guión, confié en que mis personajes y la historia podían transmitir emoción. Que podían dejar una impresión duradera.
Todo esto es lo mínimo que se esperaría de un dibujante de comics competente. Pero para mí, fue la primera ocasión en que que creí que yo podía ser algo más que un dibujante de comics amateur. Tal vez por eso me lo tomé tan en serio, planeando, revisando y hasta repitiendo páginas para dar lo mejor de lo que me sentía capaz.
No habría podido imaginar con que 15 años más tarde, La Canción de la Lluvia seguiría siendo mi mejor carta de presentación, una obra de aprendizaje, tosca y con evidentes limitaciones, pero llena de entusiasmo y de libertad. Y con una historia y unos personajes que siguen resistiendo la prueba del tiempo.
Así que 15 años más tarde, durante los cuales solo un puñado de amigos cercanos han podido disfrutar de esta obra, me complace presentar en sociedad La Canción de la Lluvia, la gran aventura de un grupo de héroes de fantasía, en busca de un fabuloso tesoro al final del arco iris.
Yo ya he emprendido mi propio camino en busca de otro tesoro. Un tesoro que descubrí en 1995 gracias a un tipo llamado Jaume Albertí.
Ya podéis leer online La Canción de la Lluvia (y descargarlo gratuitamente) a través de Issuu.com. Y a finales de Julio, estará disponible para impresión bajo demanda en Bubok.
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15 years ago, I was 20 and in college. I used to draw comics since a was a kid, but I had never taken it too seriously. My projects were never too ambitious, neither in size nor in purpose. Or they were too ambitious, and then I didn't even finish them. Also, I had never been a good writer, neither to create stories nor to write dialogues.
But that summer was different. Three years before, I had begun to draw what I thought was a good story, written by my friend Jaume Albertí.
Jaume is, basically, the person responsible for me drawing comics in the first place. And unlike me, he had a twisted and sick mind for drama, plot and characters. And he had exploited and refined this talent through amateur comics and role-playing games. So for me it was a stroke of luck that he wrote a whole script for me, with his own characters, in the tradition of fantasy and adventure. This way, I only had to try hard to tell that story in the most effective way.
When that summer began, I had completed only some 20 pages. But I had two full months ahead of me, and the complete freedom to finish that comic that had been eluding me for so many months. It was this combination of circumstances that made it possible for me to finish The Rain Song, for many years my best experience as an artist.
It was my longest and most demanding project to the date. For the first time, I drew it myself completely, both pencil and ink. I experimented with characters design, with elements of a fantasy setting. I took risks with the graphic narrative, letting out text blocks, movement lines or sound texts. I played with the angles, bloated page compositions, variations in the viewpoints, switching between action scenes, long conversations, moments of emotion and moments of epic. Backed by the script, I trusted that my characters and the story would be able to convey emotion. That they could make a lasting impression.
All this is the bare minimum that one would expect from a decent comics artist. But for me, it was the first time I believed I could be more than just an amateur comics artist. Maybe that's why I took it so seriously, planning, revising and even repeating pages until I felt they were the best I was capable of.
I could've never imagined that 15 years later, The Rain Song would be my best cover letter, a work of learning, rough and with obvious faults, but full of enthusiasm and freedom. And with a story and characters that keep passing the test of time.
So 15 years later, during which only a few close friends could enjoy this work, I'm pleased to introduce to you The Rain Song, the great adventure of a group of fantasy heroes, looking for a fabulous treasure at the end of the rainbow.
As for me, I'm on my own way looking for another trasure. A treasure I knew in 1995, thanks to a guy named Jaume Albertí.
You can read online The Rain Song (in spanish!) (and donwload it for free) on Issuu.com. And by the end of July, it will be available for print by demand on Bubok.
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